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martes, 7 de septiembre de 2010

Estrategias Reeducativas

Existen diferentes estrategias reeducativas. A continuación se citan algunas de las más conocidas.

La educación multisensorial, tal y como indica su nombre, trabaja la memoria visual, auditiva, articulatoria, táctil, grafomotora y rítmica, favoreciendo la creación de imágenes que incidan en la adquisición del proceso lectoescritor. Es decir, se trabaja la relación entre el habla y símbolos visuales o de otras modalidades, escribiendo en el aire las letras, moldeándolas con plastilina, articulando los fonemas, escuchándolos, etc. A pesar de las ventajas que supone la realización de los aprendizajes simultáneamente por diferentes modalidades, este tipo de intervención ha sido criticado por la sobrecarga que puede generar en los sentidos.

Cuando el niño tiene dificultades motoras se interviene con educación psicomotriz. Planificando actividades psicomotoras se pretende que el sujeto tome conciencia del esquema corporal, del espacio, de la lateralidad, de la disociación de movimientos, etc. La secuencia a seguir suele ser la siguiente:
a) Esquema corporal: conocimiento del propio cuerpo y del otro, nociones espaciales del propio cuerpo y del otro y localización de objetos respecto al cuerpo.
b) Lateralización: identificación de la dominancia lateral y ejercicios de fuerza y de precisión.
c) Orientación espaciotemporal: nociones espaciales y temporales en asociación gráfica y dinámicas.

Otra manera de intervenir es tener en cuenta los procesos a seguir de manera natural en la adquisición de la lectura y la escritura. De este modo, nos encontramos con dos métodos de entrenamiento de la lectura: el analítico, que empieza por el análisis de la frase para después ir estudiando los diferentes componentes de la misma (palabras, sílabas y letras) y el sintético, que empieza por el estudio de grafemas, para después analizar las sílabas, luego las palabras y, finalmente, las frases y el texto.

Elegiremos un método u otro en función de las características que presente el sujeto. Así, ante un niño con dificultades auditivas que sustituye los sonidos, los combina deficientemente, conoce el nombre pero no el sonido de las letras, etc. se deberá realizar una intervención de las capacidades auditivas, aunque la enseñanza de la lectura y la escritura se deberá basar en la modalidad visual, por lo que escogeremos el método analítico, para que aprenda las palabras por su configuración visual.
En cambio, si el niño invierte palabras o letras, pierde la línea, no domina los signos de puntuación y produce palabras parecidas en apariencia en lugar de leerlas correctamente, nos encontramos ante un niño con problemas visuales. Por lo tanto, se le deberá enseñar a leer mediante el método sintético o fonético, ya que enseña en primer lugar la correspondencia grafema-fonema, aunque se deberá intervenir para entrenar las capacidades visuales.

Además, también es interesante fijarse en qué aspecto tiene más dificultades el niño en cuanto a la lectura (exactitud, comprensión o velocidad). Este conocimiento nos permitirá focalizar las actividades al entrenamiento del mismo.
Si, por ejemplo, el sujeto lee con falta de exactitud –ya sea por problemas de memoria inmediata o por una lectura muy lenta- se tendrá que trabajar con material breve, frases muy cortas y de fácil comprensión.
Cuando el niño lee pero no entiende lo que acaba de leer, deberemos intervenir en la comprensión lectora. Reforzar el análisis visual de la frase o palabra, identificando seguidamente los distintos términos que la componen, son tareas que nos pueden ayudar.
Para trabajar, en cambio, las dificultades de velocidad lectora podemos pedirle al sujeto que reconozca rápidamente sílabas y palabras muy frecuentes o que elimine una sílaba de una palabra mediante análisis visual.

También es importante tener en cuenta que todas las estrategias para la correcta adquisición de la lectura y la escritura deben seguir la progresión normal, según la etapa en la que se encuentre. Así para la lectura el orden sería: reconocimiento y lectura de cada signo; reconocimiento de sílabas directas e inversas (en orden de dificultad creciente); lectura de palabras que les falten letras; lectura comprensiva de palabras; formación de palabras con letras sueltas; lectura comprensiva silenciosa; cumplir órdenes escritas; formar frases y resúmenes orales y escritos. En la escritura, por su lado, deberíamos empezar con ejercicios de grafía con componente espacial, pasar a la copia, dictado, redacciones y resúmenes y, por último, trabajar la autocomprobación.

Luis Lozano, por su parte, en su artículo “La reeducación de las dislexias evolutivas: sus fases”, plantea un modelo de intervención basado en las aportaciones de la neuropsicología cognitiva. Según el autor, el tratamiento de las dificultades de lectura se debe centrar en aquellos aspectos que presenten deficiencias.

Algunas de las actividades que Lozano presenta dirigidas a la reeducación de los problemas derivados de la ruta fonológica, son:

· Dificultades en el conocimiento metafonológico: repetir oralmente frases; dividir las oraciones en las palabras que las componen apoyándose con palmadas u otra ayuda externa; unir las palabras para formar frases; separar las palabras en sílabas (también puede ayudarse de palmadas, pitos, etc.); formar palabras a partir de unas sílabas dadas; escuchar y repetir palabras con un determinado fonema y decir si es igual o no; recuerdo libres de palabras a partir de una indicación dada por el educador (palabras que empiecen por una determinada sílaba, por ejemplo); clasificar diferentes dibujos dependiendo del fonema inicial o final; repetir las palabras que empiecen o terminen por un determinado fonema ante una serie concreta; identificar palabras que se diferencien por sólo un fonema; buscar palabras que rimen con una propuesta; etc.

· Dificultades en la correspondencia grafema-fonema:
- Si los problemas se centran en el análisis grafémico: división y formación de frases, palabras y sílabas con material de soporte oral y físico. Estas actividades son importantes ya que ayudan a que el sujeto tome conciencia de la importancia del añadido o cambio de un solo fonema para su significado. Por ejemplo, antes una palabra dada, se le puede pedir que forme otras cambiando únicamente una letra. Otra actividad que podemos realizar para trabajar este componente es que deletree palabras de izquierda a derecha pronunciando en sonido de la letra y no su nombre.
- Si las dificultades se manifiestan en torno a la asignación del fonema al grafema: hacer que la letra tenga significado usando procesos a nivel representativo; acompañar con ejercicios motores los sonidos correspondientes de las letras (hacer un dibujo, moldearla con plastilina, usar colores distintos, etc.)
- Si los problemas se presentan en la unión de todos los fonemas en un todo coherente: alargar la pronunciación de las letras de las sílabas, uniéndolas con las siguientes sin interrumpir la expulsión de aire, para que perciba la continuidad, realizar el mismo ejercicio con las sílabas de las palabras y las palabras de la oración.

· Dificultades en el reconocimiento de las palabras: Trabajar las palabras unidas al dibujo que les corresponda, puntear la palabra con un punzón, pintarla, etc. de forma que el niño vaya creándose un léxico visual, asociándolo a su significado.

Numerosos estudios han mostrado que los niños con dislexia evolutiva presentan dificultades en conciencia fonémica (Jiménez, 1997). Se ha probado, también, que el entrenamiento en conciencia fonémica es efectivo para mejorar la lectura cuando se trata de niños de 5 a 8 años. Además, los resultados son mejores si se combina el entrenamiento en conciencia fonémica con apoyo visual de letras. No obstante, cuando se trata de niños de mayor edad, este tipo de entrenamiento no ha conseguido mejorar su lectura.
Mª del Rosario Ortiz González, Remedios Guzmán Rosquete y Ana I. García Espinel, de la facultad de psicología, de la universidad La Laguna de Tenerife, llevaron a cabo un estudio en el que pretendían comprobar si la incorporación de entrenamiento en percepción del habla al programa de instrucción en conciencia fonémica con apoyo visual de letras tendría efectividad para la mejora de la lectura en sujetos de más de 8 años (concretamente, en niños de entre 9 y 11 años).
Los resultados mostraron que mientras el entrenamiento en conciencia fonémica con apoyo visual de letras mejoró la conciencia fonémica pero no la lectura, el entrenamiento que además incluía instrucción en percepción del habla, mejoró la lectura de palabras y pseudopalabras.
Según las autoras, una intervención que combina entrenamiento en percepción del habla, conciencia fonémica y correspondencia grafema-fonema influye en el proceso de reestructuración léxica, posibilitando la construcción de representaciones fonológicas estables y precisas a nivel fonémico, cosa que permite una mejor lectura.
Así pues, el entrenamiento que proponen las autoras de este estudio incluye actividades como: aislar segmentos fonológicos, realizar síntesis fonémica, segmentar y omitir fonemas con ayuda de una pizarra o letras magnéticas, discriminación fonémica en palabras, discriminación de sílabas, actividades de igual-diferente, etc.

Por otro lado, según Xavier Angerri la reeducación debe iniciarse con la identificación de las letras del alfabeto, proporcionando al alumno estrategias memorísticas para su recuerdo.
Es importante alternar ejercicios orales, escritos y de movimientos corporales, para ayudar al niño a crearse una imagen mental para cada letra y una buena discriminación auditiva.
Para trabajar la semántica propone realizar actividades con palabras de diferentes campos semánticos y jugando con rimas.
El esquema de tratamiento que propone el autor es el siguiente (extraído del libro: Puyuelo, Miguel; Angerri, Xavier; Blanco, Carmen; Comblain, Annick; Santolalla, Magdalena; Serrano, Maite; Soriano, Juana y Thérris, Brigitte. “Casos clínicos en logopedia 2”. ED. Masson, S.A. 2001):
1. Desarrollo de la coordinación motora y psicomotora
2. Estructuración espacial y temporal
3. Orientación espacial y temporal
4. Relajación y propiocepción
5. Entrenamiento de habilidades comunicativas orales
6. Programa de lectura y escritura:
- Alfabeto
- Sílabas
- Palabras
- Frases
- Comprensión: semántica, morfología, sintaxis
- Rotulación de letras
- Copia
- Dictado
- Redacción
7. Tratamiento logopédico (en casos específicos)
8. Lectura de imágenes (en casos específicos)

El tratamiento propuesto por el autor debe tener en cuenta tanto las habilidades como las limitaciones de cada sujeto, individualizando la intervención, ajustándola a las características de cada niño, para conseguir siempre los mejores resultados.

Algunas de las actividades que destaca Angerri son:

· Para trabajar el lenguaje oral y la organización del mensaje se deberá empezar por la composición de frases con diferentes clases de palabras. Esta tarea se debe hacer según la siguiente progresión:
- nombre-verbo
- artículo-nombre-adjetivo-verbo
- artículo-nombre-adjetivo-verbo-adverbio
- artículo-nombre-adjetivo-verbo-adverbio-preposición-artículo-nombre-adjetivo
A partir de estas estructuras se pueden ir añadiendo otros elementos lingüísticos.
Otro aspecto a trabajar es la verbalización de sentimientos y la simultaneidad de gestos y palabras a la hora de comunicarse, tanto en situaciones estáticas, como en situación dinámicas o que hayan sufrido algún cambio a lo largo del tiempo.
Se trabajará también la simbolización del mensaje, ofreciendo una imagen mental al sujeto para favorecer su ritmo y la secuencialidad, así como su creatividad.

· Respecto a la estimulación de la percepción visual podemos hacer actividades como la búsqueda de diferencias entre dibujos, cosa con la que se desarrolla su capacidad analítica y su atención. Otro aspecto que se puede trabajar es la figura corporal ante un espejo. En relación al esquema corporal y al desarrollo psicomotor se realizarán ejercicios para reforzar la habilidad digital, la lateralización, la independencia de segmentos corporales, los movimientos asimétricos y la coordinación oculomanual. También se practicarán la simetría y asimetría, la relajación muscular, el equilibrio, los conceptos espaciales y temporales como arriba-abajo, derecha-izquierda, fuera-dentro, etc., la valoración de distancias y dimensiones, etc.

· Para desarrollar la estructuración espaciotemporal se pueden llevar a cabo diferentes actividades en función de la edad.
Para niños de entre 6 y 8 años se les puede enseñar los días de la semana o los meses del año con apoyo de actividad motora, por ejemplo, dar un salto para cada día, encestar una pelota para cada mes (la actividad depende del criterio escogido). Otro tema a tratar son las horas. Éstas pueden practicarse con un reloj de juguete: primero las horas en punto, luego las medias horas, después los cuartos y, finalmente, los minutos.
Para niños más mayores, a partir de los 10 años, se trabajará la confección de horarios y la lectura de cuadros, como los horarios del cine o de los transportes públicos. También se puede trabajar con ellos la descripción de figuras, la enumeración ordenada de los elementos que las componen, etc. Al principio se les puede guiar mediante preguntas para que, progresivamente, vayan siendo más autónomos en la tarea. Otra actividad interesante a este respecto es la ordenación de letras dentro de la palabra, de palabras dentro de la frase, incluso de oraciones dentro de un texto.

· En cuanto a la orientación espacial se suele empezara a trabajar con la diferenciación de izquierda-derecha sobre el propio cuerpo, seguir con el cruce del eje corporal y continuar hasta trabajar el cambio relativo de espacio (por ejemplo, “tu derecha es mi izquierda”). Los materiales que podemos trabajar para estas actividades son pelotas, aros, cuerdas, bastones, fotografías, dibujos, espejo, etc.

· Para trabajar las dificultades que surjan en el área de matemáticas deberemos otorgarle al niño estrategias para que una los números a una imagen mental, como por ejemplo colores o símbolos no numéricos que progresivamente se irán sustituyendo por números.

· Por que se refiere al trabajo de la lectura y la escritura es muy importante tener en cuenta que la velocidad de procesamiento del sujeto será inferior a la media, por lo que tenemos que tener paciencia y respetarlo. Debemos realizar un entrenamiento basado en la correspondencia grafema-fonema, para reducir los errores que manifiestan, realizando actividades de discriminación y posicionamiento de cada grafía o fonema dentro de la palabra. Además, complementaremos el trabajo con ejercicios del campo fonológico en relación al canal perceptivo-visual.

Otra autora que también ha destacado algunas actividades a desarrollar con niños que presenten este tipo de problemas es Isabel Galli, quien cree que se debe trabajar teniendo en cuenta la Ruta Dual:
- Ruta fonológica: enseñanza del abecedario: poner ejemplos de las cuatro formas de cada letra, a la vez, asociándolas a un dibujo que empiece por dicha letra.
- Ruta Lexical: escoger un número determinado de palabras de uso frecuente para el niño. Diseñar carteles con las palabras seleccionadas y hacer que el niño trabaje con las letras de las palabras (recortándolas, ordenándolas, etc.). de este modo, además de trabajar la ruta lexical ya que el niño acabará reconociendo la palabra con un simple golpe de vista, también trabajamos la ruta fonológica con la secuencia de sonidos.

A parte, Galli cree conveniente estimular la anticipación sintáctica y la comprensión. Para trabajar la anticipación sintáctica, se deben trabajar las palabras utilizando cartulinas de diferentes colores según la categoría gramatical a la que pertenezca la palabra. Otro ejercicio que se puede hacer son las oraciones simples a las que les falta una palabra y el niño debe escoger entre unas opciones. Por lo que respecta a la comprensión lectora, la empezaremos a trabajar con consignas simples. Además, destaca que es importante adecuar, siempre, el contenido del material con el que trabajamos en cuanto a vocabulario y extensión

Por su parte, Cuetos (1990) distingue la intervención referente a los cuatro módulos de los procesos implicados en la lectura:
· Módulo perceptivo: Reconocimiento y discriminación de letras y palabras.
· Módulo léxico: Dependerá de la ruta en la que presente problema. Si se trata de dislexia visual deberemos tener en cuenta que la rapidez y la lectura silenciosa no les favorecen, por lo que tendremos que respetar su ritmo de codificación. Si, por el contrario, se trata de dislexia auditiva se le deberán enseñar estrategias para que utilice sus sistemas de memoria visual en los ejercicios de deletreo
· Módulo sintáctico: organigrama de la frase, para que aprendan la función de cada elemento
· Módulo semántico: extraer la idea de un texto, inventar el final de un cuento, etc.


Bibliografía

· Esclat Lovat, Joan. “La dislexia. Un enfoque rehabilitador en la lecto-escritura”. Isep textos. 1999

· Galli de Pampliega, Isabel. “¿Qué es la dislexia?”. 2007. Artículo extraído de: http://dislexia.com/

· Lozano, Luis. “La reeducación de las dislexias evolutivas: sus fases.”, artículo extraído de la revista Comunicación, Lenguaje y Educación, núm. 21, pág. 97-107. (1994).

· Oltra Abarca, Vicente. “Dislexia: Información, Diagnóstico y Tratamiento de la Dislexia”. Artículo extraído de:
www.psicopedagogia.com

· Ortiz González, Mª del Rosario; Guzmán Rosquete, Remedios y García Espinel, Ana I. Facultad de Psicología. Universidad La Laguna Tenerife. “Intervención psicopedagógica en la dislexia evolutiva”. Artículo extraído de
www.psicologia-online.com

· Puyuelo, Miguel; Angerri, Xavier; Blanco, Carmen; Comblain, Annick; Santolalla, Magdalena; Serrano, Maite; Soriano, Juana y Thérris, Brigitte. “Casos clínicos en logopedia 2”. ED. Masson, S.A. 2001

· Rivas Torres, Rosa Mª y Fernández Fernández, Pilar. “Dislexia, disortografía y disgrafía”. Ediciones Pirámide, S.A. 1994.

· Rodríguez Boggie, Daniel y Herrero Gilart, L.Daniel. “Estudio de caso: dislexia fonológica y disgrafía mixta”. 2004. Artículo extraído de:
http://www.espaciologopedico.com

Sheila García
Diciembre, 2009